Ayer estuve en Colón con la bandera y en defensa de mi país, simbolizando con mi diminuta presencia junto a la diminuta presencia de miles de personas más, una imagen única que diga no nos vais a romper por la mitad. No fui tras unas siglas, volvería hoy tras cualquier sigla que defendiese lo mismo. Pero todavía hay quién ve ésto con cierto sesgo, incluso en mi entorno más cercano. Ellos y los que no comparten la concentración de ayer por llevar un lema tan partidista como elecciones ya y a favor de nuestra unidad territorial, entiendo que lo hacen en aras de su libertad, como yo de la mía, esa que pueden dinamitarnos si entre nosotros mismos seguimos mirándonos con desconfianza a la hora de no saber de qué vamos sobre España. No, no me averguenzo de ir a la manifestación ayer - faltaría más- ni de blandir la bandera de mi país, como no se avergüenzan los que le atacan o los que simplemente no le defienden.
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