La dimisión de Albert Rivera

Somos un país de loas a los muertos o a los que dimiten, pero para mí la dimisión de Rivera no es más que la consecuencia de los acontecimientos: lo has hecho mal, te vas. Como el jugador que retiran al banquillo porque está desacertado y perjudicando a su equipo. No hay nada épico en ello, es algo asertivo. Que no todos los hagan, no cambia el hecho. Su forma de irse, excesiva. Tanto en la duración del discurso, casi 20 m, como en las loas así mismo: me voy por valentía, porque me han hecho de esta pasta, porque mis padres me enseñaron …. Guiños a su vida personal ( mi hijo, mi pareja, mis padres...) cuando siempre ha sido super beligerante con su privacidad y con razón, pues le conocemos como hombre público. Eso está bien para su familia y amigos. Y sin ningún mea culpa. Asumiendo la responsabilidad como líder, sí, pero sin esbozar ninguna de las causas del descalabro: hemos perdido los escaños por la voluntad de Dios.... Un hombre con potencial político que supo encauzarlo mientras fue construyendo un proyecto de forma muy meritoria, y que dilapidó cuando estaba a punto de alcanzarlo.

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