En mi época de mal estudiante allá por los 13 años, las calificaciones escolares nos las daban en papel para ser firmadas por los padres y devolver al instituto. Las llamábamos " las notas" , vocablo que me quitaba el sueño cada trimestre en que había que cumplir con ese protocolo. Un trimestre coincidió la entrega de "las notas" con unas jornadas deportivas en otra ciudad, que necesitaba el permiso paterno para poder asistir. En lógica prevención oculté y retuve "las notas" hasta mi vuelta. Cuando se las entregué a mi padre, me dijo que de haberlo sabido antes no me hubiese dejado acudir. Y me puso un castigo a posteriori con efecto retroactivo. ....... Según fuentes de la Judicatura, la sentencia de los ERES de Andalucia estaba redactada hace casi un mes, pero se retuvo sin hacerla pública para no coincidir con las elecciones.
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