Hoy día de la Constitución oiremos voces de modelo agotado, de la necesidad de vertebrar una nueva propuesta social, de dar respuesta a las carencias del sistema etc etc etc
Personalmente, no creo que como sociedad no tengamos una respuesta de lo que anhelamos de la vida pública, el problema es que es una partida desigual.
Unos jugamos al juego democrático sin hacer trampas y respetando las reglas, y otros juega a la imposición vulnerando las reglas.
Y cuando les pillas la carta marcada y los desenmascaras (ej todas las falsas promesas de Sánchez pre elecciones y su constatación real) tergiversan la realidad hasta hacerte aparecer a ti como el tramposo por denunciarlo. Así es imposible no construir una alternativa social, sino competir en igualda de condiciones.
Con todos los ajustes que sean precisos en el texto constitucional, somos en esencia la misma sociedad que ha logrado 40 años de paz y prosperidad, solo alterado por el terrorismo etarra que nunca quiso entrar en el juego, sólo romper la baraja utilizando la violencia.
¿Por qué surgen ahora, en este momento, tantas dudas sobre la vida pública, la política, los políticos, modelo de Estado..? Que es muy legítimo que se tengan, pero ¿por qué ahora todo junto, de golpe y con sensación de emergencia? ¿Somos la sociedad quién hemos vaciado de contenido el modelo o son los que nos gobiernan quien nos está arrinconando y nos quieren sacar de la carretera?
Hasta que no se asuma que están haciendo trampas, retorciendo las leyes, menoscabado las instituciones, tergiversando la realidad (ver como se enmascara concesiones independentistas como un apoyo a los PGE) mi opinión es que sólo cabe resistir, denunciar y crear opinión. Y esperar nuevas elecciones.
Y
cuando se cambien los jugadores trileros por otros honestos, que respeten las reglas cuando ganan y cuando pierden, entonces será el momento de jugar de verdad la partida de las nuevas ideas, las nuevas propuestas, que se consensuen por la mayoría (siempre habrá minorías insatisfechas) como esta Constitución que hoy cumple 42 años, y que nos dé un nuevo empujón de prosperidad para otros tantos. Hasta entones, me temo que bastante tenemos con conservar la mesa y los naipes.
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