No vi anoche el discurso del rey, lo he leído hoy al levantarme. Me gusta sacar mis propias conclusiones antes de leer la prensa para no influirme. De una primera lectura rápida, parece un discurso impecable. Y lo es. Pero de una lectura más sosegada concluyo:
De las cinco páginas que consta el discurso escrito, el rey dedica a historiar la pandemia las tres primeras; es inevitable una referencia a ella, la pandemia, pero echo de más extenderse en obviedades que todos conocemos y echo de menos una autocrítica al Estado en su gestión, que todos también conocemos.
Del resto, me quedo con estas pinceladas:
“Europa es también muy importante para afrontar esta crisis”
“Una Constitución que todos tenemos el deber de respetar”
“Unos principios que están por encima de personas o familiares”
(presumo que es el guiño contra su padre que le pedía el Gobierno)
Y la más determinante para mí: “Como rey, yo estaré con todos y para todos, porque es mi deber y mi convicción. Y mi compromiso con todos vosotros”
Como digo un discurso formalmente impecable, pero que no llega a paliar el (mi) grado de indignación e impotencia que vivimos, tan doloroso en lo político como la pandemia. Si Felipe VI que está ejerciendo su reinado de forma ejemplar no puede llegar más lejos, resulta un tanto decepcionante.
Si nos abstraemos del attrezzo que escenifica el drama que estamos viviendo en este país (pandemia, desempleo, separatismo, ataques a los poderes del Estado..) es un discurso como digo impecable que podría hacer la corona en cualquier otro momento y situación. Y eso es precisamente lo que le quita sustancia.
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