Elecciones catalanas: gana la abstención

En las últimas elecciones catalanas la abstención ha sido del 46 %. A partir de ahí, unos partidos utilizan la abstención para justificar sus malos resultados, y otros los que han ganado, le restan importancia a ese hecho. En ningún caso esa baja participación le quita legitimidad alguna al Gobierno que salga de las urnas, pero no puede ocultar algo que es cierto: que de todos los catalanes con derecho a voto, han votado separatismo sólo el 27%. Y considerando que el separatismo es el eje de la política catalana y por ende de la española, conviene recordarlo.

 

Pero la abstención no es sinónimo de nada, es algo, es no optar: tengo derecho a algo pero prefiero no ejercerlo; o lo ejerzo no ejerciéndolo. El que se abstiene de algo es porque no le gusta, no está de acuerdo o no se decide. Y eso sí puede ser objeto de reflexión.

 

Todo gobernante elegido prefiere serlo más por la suma de los votos totales que por menos votos que le hagen ganar gracias a la abstención de los contrarios, pues en este caso está elegido con alfileres, y en cuanto los abstencionistas decidan votar a otro candidato le descabalgarán de la victoria aunque le sigan votando los mismos partidarios que antes.

 

Por eso se da tanta importancia al nivel de participación, porque una victoria con mucha participación está más consolidada (y legitimada) que otra con mucha abstención. Por tanto, los contrincantes políticos deberían aprovechar la debilidad del partido ganador cuando hay mucha abstención, para sacar a la luz propuestas que arrastren a su favor a los abstencionistas en prox elecciones. De perogrullo, pero ya verán cómo en Cataluña no sucede.

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