El día más triste del año (08-01-2017)

 

Dicen que el segundo lunes de enero es el día más triste del año. Argumentos no faltan: la nostalgia de los días vividos, de la gente que los ha vivido con nosotros, la losa mental del regreso al trabajo con un calendario carente de festivos durante casi los tres prox meses, y sobre todo una sensación de volver a empezar, de poner el contador a cero y de nuevo a pedalear. Recuerdo cuando trabajaba, que los días previos a la navidad los vivía con cierta euforia: el año estaba hecho, los objetivos al día, el horizonte de las vacaciones por delante y una sensación general de deber cumplido. Se asemejaba a escalar la cima de una montaña, la alegría de tenerla cerca, de lograrlo con esfuerzo, de saborearlo…pero tan efímero que apenas habías alcanzado el objetivo, debías prepararte para el descenso, descenso para volver a emprender una nueva escalada que durará otros doce meses.

Dicen también que no hay descanso sin fatiga, y que el mejor antídoto contra la locura es la asunción de lo inevitable, por lo que me temo que no queda otra que fatigarse para volver a saborear ese descanso.