Es dificil ir contra las tradiciones que están profundamente enraizadas en nuestra sociedad, y más si se trata del Sorteo de La Loteria de Navidad. No seré yo quien lo haga, es más me gusta y disfruto cada año con la sinfonía de los niños de San Ildefonso cantando los premios , me anticipan la navidad, las vacaciones , lascelebraciones y por supuesto la improbable posibilidad de que me toque el Gordo. Pero lo que me parece decadente y reiterativo son los amplios reportajes gráficos que post sorteo se dedica a los agraciados con los premios , para concluir siempre en las mismas imagenes: colectivo de personas (vecinos, trabajo) vociferantes, descorchando y large;>derramando a diestro y siniestro botellas de champán, diciéndonos las trampas que van a tapar con el premio, lo feliz que se sienten enseñando su décimo premiado a la cámara, riendo o llorando de alegría por su . ¿Y que esperan que hagan aquellos que han visto cómo les cambia su vida en unos minutos con un dineroque nunca conseguirían de otro modo ? Enhorabuena, mealegro por ellos. Pero más allá de la información de los premios, lugar en que han caído y alguna otra reseña sans-serif; genérica del sorteo, me importa un rábano cómo lo celebre y lo que haga cada uno de los agraciados con sudinero. Lograrán que en vez del Gordo sea el Peñazo de Navidad. Aun así yo seguiré jugando porque la esencia de este sorteo me agrada, pero si un día tengo la suerte de que me toca el Gordo prometo no sans-aparecer en la tele ni la prensa dando voces de lo feliz que soy al resto que ni me conocen ni han tenido la suerteque yo de pillar el Gordo. Ojalá.