El poema que te doy

Me sostienes frágil
entre tus manos frágiles,
y sujetas sin saberlo
mi vida,
cristal endeble
colgada de ti.
No me sueltes,
protégeme del viento que me tambalea,
amárrame fuerte a tu cintura
y no me des libertad para pecarte.
Estréchame a tu pecho
y ama el poema que te doy,
que soy yo.