En la vida hay momentos
en que toca sudar la pena,
vendar la herida
y llorar para los adentros
como el cojo disimula su cojera,
donde los recuerdos
parecen cuerpos extraños,
y el futuro una desgana
con la que convivir.
(A mi amigo y maestro Mario del Castillo,en memoria de su esposa)