ADOLESCENCIA

 

 

 

Exquisito manjar de la vida

 

engullido en tímidos sobresaltos

 

de venturas no adivinadas

 

que comienzan a descubrirse.

 

 

 

Años para recordarlos una eternidad,

 

fechas imperecederas en el caduco

calendario de un hombre.

 

 

 

Adolescencia mía,

 

ya vieja adolescencia,

 

sepultada lenta

 

e irremisiblemente

 

en el pasado,

 

apareces centelleante

 

en la punzada grave del recuerdo

 

que contrasta con esta madurez

 

siempre inacabada.