Tengo el corazón mudo,
quiere hablar pero el sentir le tapona,
no sé si sufre o se resigna a la apatía
del cansancio, del hastío, del fracaso.
No veo destellos
que me guíen en esta noche oscura,
me entrego a mi intuición
malgastada en derroches inocuos.
¿Quién de ahí fuera me compra,
me acepta, me quiere siendo yo?