PRECARIO

 

 

 

Corto de miras

 

pretendí cimas altas,

 

para lavar luego mi frustración

 

en los deshielos del alma.

 

 

 

No sentí envidia de nadie

 

sentí miedo a no ser nada,

 

hasta el sustento pensé

 

alguna vez que me faltara.