Sumisión

Sombras inermes
me santiguan,
hoy todos los dolores
vienen a besarme.
No logro
sacudirme el polvo
de esta amargura,
no acaba de ausentarse nunca.
La creo lejos
y me sorprende de pronto
al doblar una sonrisa.
La busco en los albores de la mañana,
en los colores cansados del atardecer
y no me viene de frente.
Se cala
en mi mar tranquila
en diminutos posos
que no percibo.
Espera
a que termine
de creerme su mentira
para llover sobre mí.